jueves, febrero 25, 2010

EL RENACER

Después de varios años de incertidumbre, después de “enlistarme” en las filas de mis propios desafíos intelectuales, y de haber cumplido, de haber logrado entender los lazos que atan mi vida a la de otros, que me tenían confusa respecto de mi vida propia, que hacían difusos los límites de MI vida con la de otros, estoy aquí… naciendo en mi vida propia, sola, con nuevas incertidumbres y nuevos desafíos. Siento que estoy en el alba de una nueva etapa, la de mi vida propia… insisto en la palabra “propia” con intencional énfasis, pues me es nuevo, me atrae y asusta, como dice Kundera respecto del vértigo, que no es sólo el miedo a caer, sino la atracción a ese mundo que se nos abre y nos asusta.

Hasta hace unos días atrás mi vida consistía en una serie de tareas por cumplir, huyendo de la soledad, de encontrarme con mi soledad, con mi vida propia, para eso están los amigos, está Internet, la TV, el alcohol; en fin, una serie de distractores, sin embargo me hallo aquí con ninguna tarea por cumplir más que descansar y leer mi libro destinado para estas vacaciones, escogí uno de esos autores que escriben novelas, pero la novela no es lo que importa, sino la visión de mundo que hay entre líneas, los argumentos, las reseñas a la vida, a lo filosófico de cada acto humano, eso que deja pensando y me llevó a encontrarme de nuevo con mi vida, con esa que busqué y que no había querido mirar en realidad, quizás con un poco de miedo (o vértigo) porque lo que se avecina es incierto, ¿cuánto he de tener que hacer yo?, alejé las influencias directas de los otros para quedarme frente al lienzo en blanco… insisto, atrayente y asustante a la vez!!

Cada cierto rato pienso que en este renacer no hay nada, ni nadie, que mi vida que viví hasta hace poco estaba más orientada a otros y a mis desafíos intelectuales, sin embargo ahora quiero centrarme en la emoción, en los afectos, en esa parte de mí donde la razón no juega o no es válida…ufff qué más atemorizante que dejar el control?…el campo de las emociones me parece una jungla, donde salir bien parado es un azar, nadie quiere salir maltrecho, pero la opción de abandonar ese campo nos relega a una vida aburrida y solitaria (o con distractores), por lo tanto pareciera que la mayoría prefiere cerrar los ojos, no pensarlo mucho y lanzarse no más, a ver si la suerte le toca. Al final, cuando se sale maltrecho, se tiene un sentir al menos. Sentir, sentido, sentido de vida…es curioso, se nos ha hecho creer que la vida sin sentir, o la vida sin sentido, es algo negativo, o aburrido, las personas que optan por no relacionarse con otros en términos afectivos (en el caso de las parejas), son mirados como bichos raros, qué osadía (o cobardía?) no adentrarse en la jungla, “deben de ser defectuosos” se plantea la gente, creo yo. Es más bien mirado que uno se haya lanzado a la jungla y no haya tenido suerte no más, se les otorga compasión y aceptación (los dolores personales dan lo mismo, se superan!). En fin, y aquí estoy yo, pensando en dejar la soledad por observar con curiosidad y miedo esa jungla, con temor a los dolores, desengaños, abandonos, desilusiones y desamores, pero con atracción por las bondades del cariño, caricias, importarle a otros, que alguien proyecte su vida junto a la mía (que locura más rica debe ser eso!), que te miren con cariño y ternura, que se enoje cuando sienta amenazada la vida en conjunto…ufff…demasiado intenso.
Quizás lo que me frena, es paralizarme, no atreverme a disfrutar por el miedo constante a perderlo, por la histeria constante, el miedo al sentir dolor… por lo tanto concluyo que sí es una cobardía no adentrarse en esa jungla de las emociones, parece que por el miedo al dolor estuve muchos años de mi vida poniéndome en off, con el escudo de proyectarme como alguien no merecedora de cariño y amor verdadero, evadiendo dolores, en una vida tranquila y segura, pero aburrida a veces, llenando los espacios con amigos, estudios, fiestas y alcohol, no niego haberlo pasado bien, dormir serenamente como en una taza de leche, sin embargo ahora me estremece un afán de movimiento, de desafiar el miedo al dolor, pues parece que la tranquilizadora soledad puede volverse después un gran vacío que me atemoriza más. Ese vacío es el que presencio ahora ante mis pies, lo contemplo con estupor, atrayente, tanto como lo es el minado campo de las emociones, me encuentro entonces en la frontera entre la soledad tranquila, segura y aburrida; y el campo de las emociones y los afectos, turbulento, incierto e inseguro. Estoy entre cerrar los ojos y caminar lentamente en la jungla, pero creyéndome el cuento, merecedora de amores (y desamores), o quedarme mirando, disfrutando un poco más de los sabores de la tranquilidad.

Al final, siempre lo racionalizo todo, al menos en este punto de partida, una vez inmersa en el camino de los sentires apasionados ya no hay cabida para entender mucho…quizás por eso le temo tanto a las montañas rusas, la última vez que me subí a una, temblorosa y vacilante, solo cerré los ojos y apreté los dientes, me mareó y tumbó la mente la sensación de descontrol, la velocidad en la cual mi cuerpo y toda mi humanidad pesaba tan poco, era una partícula insignificante que volaba por el viento y me desordenaba el pelo, cuando terminó el viaje, apenas podía caminar, con todas las tripas y la mente revueltas, temblaban todos mis músculos y pisar suelo firme me resultó difícil… ufff, me prometí no volver a desordenar tanto mis sentidos, no fue grato… no alcancé a disfrutarlo, o es que no disfruto de tanto zarandeo??...así es como creo que son las pasiones, sin embargo espero que se puedan disfrutar un poco!!